Mi admiración para los padres de familia

Son personas que voluntaria o no, se convierten en padre o madre. Algunas con 20 años, 27, 30, 36 ó más; los ves, aquellos entes que entregan más del 50% de su vida, a un ser que ni siquiera habla, que no piensa (1), pero sí siente. Son guiados por el instinto paternal, quieren cuidar y ofrecer lo que ya saben, mucho o poco, enseñan, y enseñar, a muchos nos hace sentir bien, nos hace pensar falsamente que ya sabemos de la vida, cuando la vida, es infinita.

Se convierten en padres de familia, cuando no han alcanzado el éxtasis personal, cuando no tienen, en la mayoría de los casos, un logro trascendental (2); quizás algunos sólo venimos a repetir patrones, eso es, mírame: a repetir patrones.

Y de ahí surge mi admiración, cómo seres tan ordinarios pueden crear algo extraordinario: educar a un niño (3). Se necesita más que valor e inteligencia para hacerlo. Es algo más allá del amor y paciencia, conceptos que apenas se asientan en mi ser, ahora, ¿cómo dárselo a un pequeño?

Mi admiración a todos los padres de familia que han hecho de sus hijos, algo grande...

Los padres de familia como un concepto de Integridad

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(1) Ideas avanzadas, más allá del pensar soy hijo y ellos son mis padres, sino comprender ciencias y demás cosas abstractas
(2) Aunque esto es muy subjetivo, puede existir gente con logros trascendentales que se funden en conseguir vivir un día más
(3) Educar va más allá de decirle al hijo lo que está bien o lo que está mal, educar consiste en un modelo de integración ético, humano e intelectual.