Estos ratos de locura llevan a crear los dos lados opuestos de una persona: por un lado vemos a un oso que procura pensar profundamente pero que no alcanza un desenvolvimiento pleno y fluido, del otro lado, vemos a un conejo desenvuelto y jacarandoso, ve la vida más sencilla y no se preocupa en pensar sino más que en reír y 'criticar' a los demás.
GENIAL!!! ME ENCANTÓ, QUIERO MÁS DE ESTO!!!!!!!!
ResponderEliminaraTTE: PAU RAMOS