Hace poco platicaba con mi mamá y decía prejuiciosamente "¡mira esa piñatita!" refiriéndose a una chica gordita, se me hizo un comentario poco oportuno, le pregunté ¿te gustaría que a ti también te dijeran piñatita? "yo por eso me cuido" contestó.
Esas palabras me recordaron mucho a la premisa cómo percibimos nuestra realidad, uno puede pensar que no da a mostrar algo que no queremos, pero que en realidad sí lo hacemos. De esta forma, puedo imaginar que emano una personalidad madura, pero que a la vista de otros, soy un chico bastante infantil y para nada maduro.
Y es que así, podríamos encontrar muchos ejemplos en el que nosotros pensamos dar una apariencia, pero que en la realidad colectiva, es lo contrario; un caso superficial, pero concreto, es de las fotos, decimos inocentemente "¡Ay!, en esa foto no salgo bien"... ¿pero de qué estás hablando? ¡ASÍ ERES!, ese es el físico que muestras día a día: somos tal cual nos muestra el lente. ¿O te quieres engañar con poses artificiales?...
Ahora bien, también cabe mencionar que el concepto de Realidad es un tema de polémica, que se presta para muchas interpretaciones; pero a lo que aquí me refiero, es la manera en que te ves y qué tanta diferencia pueda haber en como te ven: superficial, sí, lo sé; pero se me hace interesante saber como engañamos a nuestra mente y cuerpo haciéndole pensar que somos X o Y, cuando en el exterior nos perciben como A o B, y a fin de cuentas:
¿Hasta qué punto podemos modificar nuestra 'realidad' para engañar a nuestra felicidad?
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