Ella: (llantos y voz entrecortada)
Se escuchan golpes
Ella: ¡Por eso te odio!, ¡Por eso te odio! (Melancolía la visita)
Él: ¡Cállate!, ya estoy harto de tus pendejadas
El bebé no para de llorar
Ella: Cabrón, hijo de puta, ojala te mueras... ¡ya! déjanos en paz
Más golpes
En el calor del hogar el enemigo duerme contigo, ese que una vez fuera tu amigo hoy es tu látigo, hoy ya queda lejos un pasado que fue mágico, un amor intenso convertido en un castigo. El frio se apodera de tu hogar, aquel día donde el amor se plasmaba contigo hoy, solo el dolor te consuela.
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