Habla de ideas y no de personas; propone, en vez de quejarse; piensa positivo antes que negativo; prefiere callar, cuando otros quieren alardear; destaca cualidades, antes de contar defectos; no envidia, ama; se muestra tal y como es, sin esconder su piel ni adornar apariencias; de su boca salen flores y no puñales; quita el pie y te da la mano; primero escucha, después habla; antes de mandar, se pone en los zapatos del otro; no hiere, sana; no se decepciona, emprende; persuade con ideas fundadas en la Razón; lee un libro antes que cualquier cosa.
Lava su ropa lo más pronto posible; visita el espejo cada diez minutos; busca zapatos, playeras, mochilas, sudaderas, anillos y aretes que le favorezcan; comenta de vestidos y trajes; no se muestra ante la gente sin antes haberse maquillado o peinado; le preocupa qué dirán de su apariencia; busca verse bien, tener estilo y estar a la moda; en su tiempo libre, barre y sacude antes que estudiar; ve programas de TV antes que leer un libro; no le gusta reflexionar, prefiere criticar; no para de hablar, le gusta protagonizar.
A uno le preocupa el contenido, al otro, la forma.
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