Erase una vez una palabra que quería nacer, crecer y morir. Indiferencia le impedía seguir aprendiendo. Constancia lo motivaba para seguir en su desarrollo, pero Desidia e Indecisión la truncaban. Encontró a Libertad apoyándola para alcanzar a Plenitud. Nunca dejo de creer en Esperanza porque le prometía una gran vida por delante. Fue cuando descubrió a Inteligencia y vio que jugaba con Cizaña y Poder.
Junto a Felicidad, se divertía, pero cuando llegaba Enfermedad le impedía seguir. Apareció Serenidad y Sosiego a darle un toque de calma al asunto, cuando se encontraba la palabra hecha y derecha para seguir en su rumbo, descubrió un espejo, y vio a todas aquellas 'personas' en si misma.
Somos el reflejo de nuestras circunstancias |
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