Tu jefe te manda; dice, pero no hace. La persona que da ordenes no debe alejarse al modelo de un líder. Una figura ejemplar; llena de acciones y valores; preocupado por la estabilidad de sus integrantes; dispuesto a dar la cara cuando un integrante falla; paciente para enseñar; que confía en su gente; que está decidido a seguir ante la adversidad; pero sobre todo, que sabe la utilidad de de sus ideales, los cuales llevan al Bien Común.
Si el que dirige, carece del modelo de un buen líder, la gente a su cargo tenderá a protestar y estar en contra de su gobernación. La libertad será suplantada por la venta de sus seres. Inestabilidad y oposición ahogarán sus mentes. Desearán su retirada y hablarán mal de su patrón.
El modelo es fácil; pero tal parece que la naturaleza es extrahumana. Plenitud y congruencia son necesarias; integridad y sacrificio por el Grupo de Trabajo deberán distinguirlo. Que busque, antes que nada, la satisfacción de sus seguidores antes que la propia. De otra manera, el empleado caerá en la enajenación al discrepar con los ideales de su guía.
El ejemplo de un líder con valores como método para evitar la enajenación |
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¿Tú qué piensas de la enajenación en el trabajo?
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