Ayer mientras daba mi clase de computación, le preguntaba al grupo de segundo año de primaria: ¿Quieren hacer dibujos fáciles, intermedios o difíciles? 16 contestaron fáciles, 4 intermedios y 5 difíciles.
Les platicaba que las personas inteligentes se forjaban a través de pruebas difíciles, de ejercicios complicados, que los niños tontitos se la pasaban haciendo cosas fáciles.
La pregunta ahora fue: ¿Quieres ser inteligente o tontito? el resultado fue, 25 quieren ser inteligentes. Volví a preguntar que tipo de ejercicio, fácil, intermedio o difícil. 25 accedieron gustosos y hambrientos en hacer lo complicado.
Conclusiones:
1.- Nos gusta la vida fácil pero queremos tener los beneficios de la difícil. Tenemos hambre de victoria, sed de gloria; pero muy pocos estamos capacitados para conseguirla.
2.- La palabra lo puede todo, la persuasión es mágica. Si usamos la palabras correctas llegamos a lo que queremos.
Encontrar la llave que abre universos: la palabra |
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