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miércoles, 22 de diciembre de 2010

Transformaciones

Desde su nacimiento el patito, había sido 'feo'. Así lo catalogaban los demás: grotesco, deforme, repugnante, repulsivo, entre otras. Él se sentía rechazado y estaba acostumbrado a que los animales y los humanos lo trataran mal. 

"He ahí lo que es no hacer nada; la ociosidad inspira las ideas más estrafalarias". Le dice la gallina al patito feo que se había caído e ido a su rincón sintiéndose desgraciado: "Pon huevos o haz ron-ron y se disiparán" le aconseja esta al ver que el patito feo se sientía rechazado por sentirse feo y no poder hacer algo útil en su entidad.

"Tienes nuestra sociedad de la que podrías aprovechar para instruirte. Yo, por mí, no deseo más que abrirte la inteligencia. Si te canto las verdades, es porque te quiero. No hay en el mundo más que dos cosas: poner huevos y hacer ron-ron. Aprende una u otra".

El patito contestó: "Tal vez viajando me afinaré un poco", y la gallina le respondió: "Sí, me parece que no te sentará mal, tienes mucho que aprender".

El patito feo decidió emprender viajes para aprender y descubrir más alla de lo que el conocía, entonces...


Si quieres saber el final, te invito a que leas este formidable, espléndido y maravilloso cuento:

El Patito Feo de Hans Christian Andersen... ¡Te lo recomiendo!

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